jueves, 12 de abril de 2012

Un muro de corbatas ante la mujer directiva

Hay muchas causas —tangibles e intangibles— para explicar la situación asimétrica que perpetúan las empresas europeas; casi todas se integran en la idea de techo de cristal. El concepto está algo manido, pero no por estudiado se ha conseguido derribar. Sigue siendo casi tan sólido como siempre. Y más allá, las mujeres que han logrado astillarlo y alzarse se siguen topando con otros techos. Algunos erigidos por ellas mismas —lo que se ha llamado techo de cemento, autoimpuesto por las elecciones personales, muchas derivadas de miedos— y otros por parte de la estructura empresarial: escasa flexibilidad, horarios complicados, reuniones tardías, viajes, fomento de la presencia en la oficina más que el trabajo por objetivos...
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/04/11/actualidad/1334167079_033078.html

1 comentario:

  1. Hola Isabel, Gracias por este interesante artículo, si bien los comentarios de los lectores en general no han estado a la altura del tema. El comentario que más me ha gustado es el "Kiko948", el cual comparto aunque no totalmente: "... Me parece mal que El País venda la idea de que lo mejor para la mujer sería convertirse también en un yuppie estresado y productivo. Eso no es bueno ni para la mujer ni para el hombre. La vida es paz y amor, lo demás (el dinero, la competitividad, el "prestigio") son cosas superfluas que por lo general nos hacen peores personas y más infelices".
    Estoy de acuerdo con la perspectiva de que las mujeres, y en general todas las personas, para alcanzar puestos directivos no tenga que convertirse en "yuppies estresados", sino que las directivas y directivos de calidad contribuyan a mejorar el ambiente laboral y a conciliar la productividad con la calidad de vida.

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