lunes, 4 de abril de 2011

Mujer y capital social


Generalmente, los resultados de los estudios indican que las mujeres tienen un menor de capital social, sobre todo cuando se mide a través de la participación en grupos, ya que a menudo “llevan el peso de un trabajo más una parte predominante de las tareas del hogar y actividades de crianza de los hijos, lo cual deja menos tiempo a las mujeres para el ocio y la participación” (Alesina & La Ferrara, 1999). Por tanto, su participación es menor en actividades sociales, principalmente, debido a una restricción de tiempo, puesto que si se analizan comportamientos sociales que no requieran de esa disponibilidad los niveles de capital social de las mujeres pueden superar al de los hombres y así lo afirman Alesina et al. cuando afirman que “las mujeres votan más que los hombres porque el voto es un acto de participación que no requiere una cantidad significativa de tiempo” (Alesina & La Ferrara, 2000). Por otra parte, van Oorschot & Arts (2005) afirman que el efecto del género no está tan claro ya que “las mujeres son más dignas de confianza que los hombres y tienen más capital social basado en la familia, es decir, encuentran que las relaciones familiares son más importantes y están más preocupadas por su familia. Sin embargo, las mujeres están menos comprometidas políticamente que los hombres, confían menos en otra gente y participan, activa o pasivamente, menos en las organizaciones voluntarias. (…) Las mujeres tienden a participar más en las redes informales, mientras que los hombres lo hacen en las formales”. En general, este menor nivel del capital social por parte de las mujeres se explicaba por la incorporación a la misma al trabajo fuera de casa.

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