Para satisfacer la demanda de competencias, no ya básicas, sino profesionales y especializadas, que demandan los mercados es necesario que la educación incorpore a sus programas dichas competencias y prepare adecuadamente a sus ciudadanos para acceder con éxito al mercado laboral. Esta preocupación es la que lleva a formular a instituciones como OCDE o la Unión Europea y a la mayoría de los países sus programas y estrategias sobre las competencias y destrezas que debe proporcionar la formación profesional y las universidades, más allá de la educación básica. Pero esto no debe ser incompatible con afrontar otras necesidades educativas y formativas de los ciudadanos y de las sociedades.
La convulsión revolucionaria y democrática que recorre los países árabes y otras culturas y sociedades islámicas en 2011 no es el fruto de una formación ajustada a la demanda de los mercados. Esta convulsión la protagonizan individuos que reclaman libertades, democracia y ciudadanía, que exigen nuevas sociedades, nuevos valores y que, por eso, estén quizá en condiciones de propiciar nuevas demandas a la economía de sus países y a la mundial.
Necesitamos educar y formar ciudadanos bien preparados para encontrar empleo en este mundo globalizado, pero también para mejorarlo, transformarlo, cambiarlo. Ciudadanos que pueden trabajar con dignidad, ejercer su ciudadanía, disfrutar de derechos y libertades y contribuir al cambio de los modelos económicos que impiden que de sus beneficios disfruten todos los conciudadanos.http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Educacion/dolares/euros/ciudadania/elpepusocedu/20110325elpepusoc_8/Tes
domingo, 27 de marzo de 2011
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La educación es una de las claves del desarrollo de las sociedades. Educar en la igualdad desde la infancia una de las claves de del avance hacia la igualdad de papeles y oportunidades
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